Estableciendo
límites.
Vivimos
en una sociedad en la que, por desgracia, muchas madres y padres todavía tienen
miedo a establecer límites y marcar unas normas a sus hijos.
Existen diversas razones por las que no lo hacen. Entre ellas destaca la de ‘gustar
a sus hijos/as’ y por ello nunca les dicen que NO a nada. Otros porque
actúan como colegas de sus hijos creyendo que así los van a querer más.
Se tiene que
aprender a saber decir que NO a estos hijos/as sin ningún tipo
de complejos. ¿Cómo puedes ser que haya niños que escuchen la palabra NO por
primera vez cuando entran en la Escuela?
El 'NO' también les ayuda a crecer
Otro de
los motivos por los que los padres no establecen límites es porque vivimos en
una sociedad que prefiere los derechos a los deberes y eso está teniendo graves
consecuencias en el terreno educativo tanto el ámbito familiar como en el
escolar.
Pero,
actualmente existe una palabra que todavía hoy causa mucho respeto y temor: disciplina. El
simple hecho de mencionarla y querer que se aplique tanto en las familias como
en las aulas nos ‘transporta’ a épocas pasadas de represión. Esto es un gran
error que nos impide avanzar y evolucionar. El objetivo de la disciplina es,
como bien dice Terry Brazelton "ayudar a su hijo a confiar en sus
propias motivaciones, a controlar sus propios impulsos, sus emociones, a
respetar las necesidades, sentimientos y derechos de los demás y a hacer lo que
es correcto porque sí". Claro que a medida que el niño crece
empieza a reconocer la necesidad de una disciplina y empieza a trabajar para
adquirirla por sí mismo para pasar de la disciplina a la autodisciplina.
Por tanto,
¿por qué resulta tan difícil imponer disciplina a los niños y menores
de hoy en día?
- El niño es un bien escaso: tenemos la natalidad más baja de la historia.
- El escaso tiempo de dedicación de los padres es canjeado por caprichos materiales.
- Tienen un mayor contacto con los abuelos, personal doméstico y canguros, que acostumbran a ser más laxos y condescendientes.
- Los padres son de mayor edad, porque se han casado más tarde y, en consecuencia, tienen un mayor poder adquisitivo, por lo cual pueden colmar todos los caprichos del hijo.
- Abundan los padres separados, dotados de un sentimiento de culpa que les hace ceder ante cualquier demanda del hijo.
Es lógico
que nos resulte difícil imponer disciplina. Tenemos que empezar a cambiar
muchas cosas para poder conseguirlo.
Como
vemos tenemos un gran trabajo por delante tanto las familias como los docentes
para educar en esta sociedad tan compleja pero que al mismo tiempo nos ofrece
tantas posibilidades. Debemos aprovechar las herramientas que poseemos y
trabajemos para conseguir una transformación social constituyendo una sociedad
de personas maduras y equilibradas y no por adultos caprichosos y consentidos
fruto de una educación permisiva.
“Es posible que la educación permisiva que se
caracteriza fundamentalmente por la eliminación del concepto de deber, sea una
de las raíces de la violencia en nuestra sociedad” J.A.Marina
Imagen primera extraída de: http://www.protestantedigital.com/update/imagenes/41318_N_23-03-11-1-10-58.jpeg
Imagen segunda extraída de: http://trome.pe/familia/1377417/noticia-chicos-malcriados
Imagen segunda extraída de: http://trome.pe/familia/1377417/noticia-chicos-malcriados