Objetivo primordial.
La entrada de hoy va dirigida a un artículo que leí hace poco de Miguel
Ángel Santos Guerra en su blog 'El Adarve'. Esta entrada hace que nos
planteemos la cuestión de ¿Para qué
sirve la escuela? Una cuestión que, sin duda alguna, todos los
profesionales en la educación nos debemos plantear en algún momento. Es importante
que reflexionemos y nos preguntemos sobre el sentido de nuestra tarea, nuestra
responsabilidad. La escuela no se puede convertir en un lugar donde hacemos las
cosas de manera tradicional, mecánica o rutinaria, como antiguamente. Es
necesaria una revolución en forma de entender la escuela.
Quiero compartir con ustedes el fragmento de esta entrada que más me llamo
la atención:
"Una maestra le pide a los niños que escriban en un hoja cuál es su juguete preferido. Los niños lo hacen diligentemente. Cuando han terminado, la maestra añade una segunda demanda:
"Una maestra le pide a los niños que escriban en un hoja cuál es su juguete preferido. Los niños lo hacen diligentemente. Cuando han terminado, la maestra añade una segunda demanda:
- Ahora
vais a escribir debajo del dibujo de vuestro juguete preferido el nombre del
niño o de la niña con quien os gustaría compartirlo.
Todos van
realizando la tarea. Escriben el nombre de un amigo, un hermano, una prima, un
compañero de clase, etc. Todos, menos una niña que le susurra a su compañera de
pupitre:
- Yo no
quiero escribir ningún nombre. Yo no quiero compartir el juguete con nadie.
La
amiguita, le dice, también al oído, aplicando las leyes de la lógica escolar:
- Hazlo,
tonta. ¿No ves que es solo para la maestra?
Observación práctica que se
puede traducir así: Pon el nombre para que no tengas problemas, pero no te
preocupes, que esto que escribes no tiene nada que ver con la realidad, con la
vida. Escribe el nombre de quien quieras, que da igual. No vas a tener que
compartir el juguete si no quieres."
Esto es
una anécdota que nos ofrece un mensaje muy claro de cómo está separada y
alejada la escuela de la vida. Por lo tanto nos podemos preguntar si ¿Educamos
para la vida real o trabajamos aislados, dejando nuestros valores atrás, de
espaldas al mundo?
Por lo tanto, creo que es
necesario que nos detengamos y pensemos en la escuela, haciéndonos preguntas y
contestarla con total sinceridad, como por ejemplo, ¿Para qué sirve la escuela?, ¿Es una escuela que ha evolucionado o
sigue estancada en el pasado?, ¿Cómo
podemos mejorar la escuela?, ¿Qué
escuela queremos?, ¿Educamos
para la vida o solo impartimos un ‘curriculum’?,
¿Qué es más importante nuestros
alumnos o cumplir con la burocracia rellenando papeles?
El dar
respuesta a cada una de estas preguntas no significa que todos pensemos lo
mismo, intervenir del mismo modo, sino que significa algo tan fundamental como saber y conocer lo
que intentamos hacer o transmitir, qué ocurre con lo que hacemos y qué tenemos
que hacer para mejorar las cosas.
Nunca debemos perder de vista la educación que ofrecemos a estos niños y niñas, ya que es una educación para la vida, para su futuro. Si queremos empezar a cambiar la escuela aquí y ahora lo importante es dar ese paso, el pasar a la acción. Estamos cansados de teorías pedagógicas y educativas que en el papel son importantes y fundamentales, pero luego no se ajustan a realidad en las aulas.
Nuestro objetivo prioritario como profesionales es el convertir la escuela no solo en un lugar
donde se enseña sino en un lugar que también se aprende. Escuelas
que aprendan para iniciar este objetivo.
‘Nos
hemos pasado demasiado tiempo intentando remendar el sistema existente en vez
de iniciar un cambio.
Debemos ser más valientes, visionarios y capaces de mirar más al futuro y menos
al pasado". Richard Gerver
Imagen extraída de: http://www.cuantarazon.com/721234/nuestra
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