'Por una educación que nos enseñe a pensar no a obedecer'

martes, 16 de abril de 2013


Smartphone y menores.

El tema que voy a tratar es un tema en el que los padres se sienten bastante desorientados y perdidos. No saben qué hacer ni de qué forma actuar. Todo son interrogantes: ¿cuándo le compro el dichoso teléfono?, ¿a qué edad deberían empezar a usarlo?,  ¿cómo puedo ayudarle para que haga un buen uso?, etc.  Esto tiene una sencilla explicación: somos la primera generación que tenemos que educar en el uso del teléfono móvil. Aquí no tienen referentes, no se puede educar y hacer lo que hicieron con nosotros de ahí que surjan dudas, miedos y conflictos.


Los estudios e investigaciones recientes nos indican que los niños suelen tener el primer móvil entre los 9 y los 12 años. Podemos corroborar este dato a través de mi experiencia, ya que observo a diario que el móvil se ha convertido en el regalo estrella de la comunión y en el regalo de reyes cuando van a sexto de primaria. Como puedes comprobar, se está iniciando a estos niños y niñas en el uso del móvil a edades muy tempranas sin tener ninguna necesidad ni la madurez para hacer un buen uso del mismo. Nosotros, los adultos les estamos creando esa necesidad.

Se les compra el teléfono con la justificación de que es para tenerlos localizados pero ellos no tienen el mismo concepto y el uso que le dan al móvil es bastante distinto al del motivo por el que se lo hemos comprado. Además, en muchas ocasiones el único control que tenemos sobre el teléfono es el referido al gasto, desconociendo por completo lo que pueden llegar a hacer los niños y niñas con un móvil en el bolsillo.

No sé hasta qué punto muchos padres son conscientes de lo que hacen al poner un Smartphone en manos de un niño de 9 años e incluso más pequeños. Porque sí, los niños ya no se conforman con un simple teléfono que emita y reciba llamadas, SMS, etc. quieren un móvil de última generación con cámara de fotos y vídeo, juegos, aplicaciones, MP3, acceso a Internet, etc. Es decir, estamos poniendo un ordenador en el bolsillo de nuestro hijo con el peligro que esto supone ya que pueden acceder a Internet desde cualquier lugar.

Los expertos recomiendan algunas características que debería reunir un terminal dirigido a niños de estas edades:
  • Capacidad para programar cinco o seis números en la agenda.
  • No debe permitir llamadas indiscriminadas.
  • No debe permitir el acceso a Internet.
  • No debe permitir recibir llamadas de números que no están incluidos en la agenda (los padres introducen los números en esa agenda y luego la protegen con clave).
  • No tener bluetooth.

A medida que vayan creciendo podrán tener terminales más sofisticados, con las prestaciones que he mencionado anteriormente siempre y cuando sean capaces de hacer un uso responsable del mismo. Por tanto, ha de estar regido por normas establecidas por los padres acaso acordados con los hijos.

En cuanto a los adolescentes tenemos que tener en cuenta que el móvil se ha convertido en una extensión de ellos mismos. Muchos adolescentes lo consideran imprescindible para sus vidas, para sus relaciones sociales ya que a través del móvil vía Facebook, Twitter, Whatsapp, etc., cuentan lo más importante de sus vidas.

Actualmente, existe tanta preocupación en torno a este tema del móvil porque encontramos conductas de riego asociadas al mal uso del mismo, esas conductas son como la adicción al teléfono móvil, ya que 3 de cada 10 jóvenes son adictos al teléfono móvil, el sexting y el ciberbullying

Por tanto, de poco sirve que hablemos a estos niños y niñas, hijos e hijas del uso del móvil si los ‘adictos’ y los que hacemos un uso incorrecto del mismo somos nosotros. Tenemos que darles un buen ejemplo y hacer un uso adecuado para poder transmitirlo a dichas etapas, ya que aprenden mucho más por lo que ven que hacemos que por lo que les decimos.

‘Educamos con el ejemplo y debemos ofrecerles un buen ejemplo’

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