'Por una educación que nos enseñe a pensar no a obedecer'

martes, 26 de febrero de 2013


Somos educados para perder la creatividad.



Sir Ken Robinson es un reconocido experto a nivel mundial en creatividad y educación. En una ponencia en el TED en 2006, ya apuntaba lo que ahora empieza a ser una evidencia: La necesidad de educar la creatividad de los niños. Porque son ellos quienes construirán el Mundo del futuro: Un Mundo y un futuro muy inciertos, lleno de necesidades y de cambios, de innovación y de mejoras. En su opinión, todos los niños tienen una alta capacidad de innovación y grandes talentos que se está desaprovechando escandalosamente. Para que esto no suceda, el experto no duda en poner la importancia de la educación de la creatividad al mismo nivel que la alfabetización.

Un punto importante a favor de los más pequeños es el riesgo que toman en sus respuestas y decisiones, si no saben algo se lo inventan, prueban… No es que equivocarse sea sinónimo de creatividad, pero si no estás dispuesto nunca a equivocarte, nunca descubrirás nada nuevo y creativo. Y el problema es que, a medida que nos vamos haciendo mayores, aumenta el miedo a la equivocación y disminuye progresivamente la capacidad de crear.
En este sentido, la escuela no está libre de culpa, el sistema educativo se basa en la noción de la habilidad académica, de enseñar lo que necesitarás cuando vayas a trabajar. Por ello, en la escuela, no se tienen en cuenta habilidades en las que un niño posiblemente destaque, porque se ha decidido que no serán relevantes en su vida adulta, como por ejemplo la danza o la música. De esta manera, se desaprovechan grandes capacidades y futuras oportunidades.
Debemos determinar y retocar la manera de educar, y esto parte por modelar nuestra noción de la inteligencia. Esta tiene 3 factores clave que se debe de tener en cuenta a la hora de educar, es variable, ya que pensamos de muchas maneras; es dinámica, interactiva, porque la creatividad parte de la conexión de varias partes del cerebro y de conocimientos en diversas áreas; y por último, es única. Cada persona la expresa de una forma particular e individual.
No se puede seguir enseñando sólo aquellas materias que se consideran básicas a nivel general, como las matemáticas o la lengua. Sino que se deben de trabajar las habilidades individuales de cada uno, de una manera integral y completa.
Para concluir, se puede resumir citando que nuestra única esperanza de futuro es adoptar una nueva concepción de la capacidad humana. El sistema educativo debe explotar nuestras mentes buscando los recursos particulares de cada uno. Debemos replantear los fundamentos de la educación de los niños y niñas, debemos verlos cómo la esperanza que son, fomentar su capacidad creativa. Una capacidad que permitirá en un futuro solucionar todos los problemas con los que se encuentren y nos encontramos.

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